viernes, 30 de septiembre de 2011

Abismo de Purulencia y Perdición


Ni una sola triste alma.
 Me encuentro rodeada de cuerpos sin vida.
Cadáveres pestilentes,
Que me observan,
Que me miran.
Con sus cuencas vacías,
Fulminan mi mente..
El hedor,
penetra en mis fosas nasales,
E inunda mis pulmones.
Siento el vómito brotar,
Noto mis vísceras protestar,
A punto de estallar.
Alzan sus descompuestos cráneos,
Siguen mi caminar.
Inclinan sus purulentos cuellos hacia mí.
Miradas vacías.
 Huecos sentimientos.
Cuerpos inertes.
 Gentes muertas.
Allí en medio,
Estoy yo.
Ya no recuerdo,
Si aún conservo la vida,
O si es; que muerta me encuentro.
Quizás, en un camino de transición.
Oigo latir mi corazón,
Como un lejano murmullo
Un incesante susurro;
Brota de mi pecho.
Noto mi respiración.
Mis pulmones;
se hinchan y deshinchan,
 incesablemente,
El aire viene y va,
En mi ente profanada.
Entonces, caigo en la cuenta,
Debo hacer caso a la razón.
Soy la única vida,
En este abismo de purulencia y perdición.

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