Tus curvas,
Sinuosas y sugerentes,
Recortadas en la oscuridad,
Despiertan mi deseo.
El incesante desliz,
De mis dedos;
Caminando en tu pierna,
Incrementan mi respiración.
Y con ello,
Acelera mi corazón.
Tu pícara y sugerente mirada,
Hace que sienta,
Mi corazón eclosionar.
A punto de estallar,
En besos y caricias.
No me puedo controlar.
¡Oh diosa griega,
De tal belleza sobrenatural!
¡Oh mi bella y dulce Afrodita!
¡Ninfa de mis bosques y aguas!
Reina de la oscuridad.
¡Vén!
¡Vén, y entrégate a mí!
Concédeme el deseo,
De tenerte una vez más.
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