martes, 27 de diciembre de 2011

Quizás...



No soy aquella muñeca triste y delicada que creíste conocer.
Mi piel, no es de porcelana…
Está hecha de acero, a prueba de balas.
Y mis besos, mis besos se han vuelto insensibles, fríos como el témpano.
Fríos como mi quebrado corazón.
Podrás tocarme, pero no lograrás inmutarme.
Mi corazón se ha helado, de tanto esperarte, descubierto a la intemperie.
No, ya no tengo frío.
Estoy demasiado fría para sentirlo.
Sé que hay escarcha en mi piel, sé que se ha vuelto morada, como también sé, que aún estoy enamorada, y por eso sigo a la intemperie. 
Quizás si lo sea.
Quizás sea una delicada muñeca de porcelana.
Una muñeca vieja y maltratada por los años.
Aquella muñeca olvidada, que en penumbra , solitaria, llora lágrimas heladas, mientras cose con hilo blanco, su alma maltratada. 


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