jueves, 25 de agosto de 2011


Cierro mis párpados. Lentamente; me centro en los paulatinos latidos de mi corazón, suspiro. Lanzo una mirada curiosa con un matiz de indiscreción, miro hacia el cielo: Las nubes, el inmenso cielo azul, la tranquilidad eterna… Mi cuerpo sumido en un profundo estado de relajación…
Pienso en él, en sus suaves manos rozando mi delicada piel, su aroma envolviendo mis sentidos, mis manos enredadas en su cabello, su brazo rodeando mi cintura, sus labios rozando los míos…
Me envuelve esa sensación de seguridad, plácida felicidad.
Recuerdos: Sonrisas, caricias, canciones, paseos, miradas envolventes, el olor de la felicidad mezclada con el agua salada, la orilla de la playa, primer amanecer juntos…
Mi mente rebosa plácidas sensaciones.
Despierto de mi ensueño, y te descubro a mi lado, tu dulce y tierna mirada inundan mi alma…Esbozo una tímida sonrisa, me muestras tu torcida; pero encantadora sonrisa.
Te acercas a mí, y, me rodeas con tus brazos, deslizas delicadamente mi cabeza hacia tu pecho…
Me siento en otra dimensión, lejos de la realidad, donde nadie nos puede herir…
Inconscientemente, te susurro un te quiero. No alcanzaste a oírlo, las olas del mar ahogaron mi murmullo, pero sé, que en tu corazón, lo escuchas cada día, cada vez que me miras a los ojos, pues en mis ojos están escritos mis sentimientos hacia ti.

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