martes, 30 de agosto de 2011

Y de repente... Un ángel.

Estaba al borde del abismo, contemplando como cada vez mis pies se acercaban al borde un poquito más, llegaría el momento en que mi cuerpo se precipitaría al vacío, ya no abría vuela atrás, me tiraría y no habría remedio. Nadie me podría salvar cuando esto sucediese.
El momento se acerca, ya tengo un pié dentro, ¡oh no! Ahora el otro... ¡Socorro! No quiero precipitarme al vacío, no quiero desaparecer por siempre, no quiero, que con el paso de los años todos se olviden de mi existencia.
Noto una brisa a mis espaldas, me giro, y...De repente veo un ángel.
De facciones dulces, piel clara y pura, emite destellos, que le proporcionan un punto mágico, su cabello era largo y rubio, daban deseos de enredar tus dedos entre el. Lo que mas me cautivó fue esa mirada tan tierna y hermosa, detrás de sus hermosos ojos azules se adivinaba una persona increíble, considerada comprensiva y fantástica.
Al verme no dudó ni un segundo en extender sus manos hacia mi, y sacarme de aquel maldito infierno.
Cuando me hube recuperado, hice un inciso de hablar para agradecerle lo que hizo por mí. -Shhh...-Me dijo, posando su dedo en mis labios.
Entonces posó su brazo en mi cintura, y así unidos, permanecimos durante todo el camino. Nuestro camino juntos en la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario