jueves, 25 de agosto de 2011

Días de Luto.


 El cielo se cubre por un manto negro, no quiere insinuar alegría. Las nubes, oscurecidas, lloran desconsoladamente sobre la tierra.
Su deseo es hacernos entender lo ocurrido. Las calles llenas de barro, paisaje desolador.
 Nadie se da cuenta de lo acontecido. Siguen absortos en sus vidas, para ellos pasa desapercibido, pero, para mí no, yo lo sé.
La naturaleza ha conseguido su propósito. Me uno a ella, en su sentido llanto incesable. Llanto de profundo dolor, dolor en el alma, dolor en el más profundo ser.
Así, juntas en la penuria, lo recordaremos, escribiendo su trágica historia. La tinta será las amargas lágrimas, que desde nuestro profundo ser, brotan al exterior en señal, de pesar. Para, con ellas poder rozar el pergamino de la soledad, testigo de lo sucedido.

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