martes, 30 de agosto de 2011

Gotas de agua, que se deslizan por mi rostro.


Es una fría tarde de invierno.
Sales de casa, sin rumbo. Sin un destino final.
 Vas caminando bajo la lluvia. Mirando al frente, sin mirar nada en concreto , con la mirada perdida en algún lugar lejos de aquí, cuyo nombre ni siquiera sé.
Y es entonces, cuando estás haciendo un repaso de tu vida, cuando te das cuenta, de que tú no perteneces al mismo lugar que ellos. Que son completamente diferentes a ti. Que en realidad es una tapadera, que colocas para pasar el tiempo, para que cuando pasen los años, y lo tengas todo claro, poder quitarla y decir aquí estoy. Aquí está el verdadero yo.
Entonces tu vida se aclara, se hace más nítida.  Puedes ver con facilidad lo que quieres y lo que no.

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