
Lo miro, y sonrío.
Que extraño, el halcón aturdido sonríe a la par.
-¿Pero niña, que haces ahí?
-Oh, verá usted, estoy admirando su magnificencia.
-¿Es que no te das cuenta? ¡Estás en medio de la
carretera!
-¡Vaya, que despiste! Muchas gra…
-¡Cuidado pequeña!
Tras lo sucedido, aquel hermoso halcón azul, jamás
volvió sus alas a desplegar.
Guarda luto de vuelo, por el alma, de aquella dulce
chiquilla, que la vida dio, por tan solo una mirada.